Estaba en el porche de la casa de mis suegros al caer la noche y juro que en mi sano juicio y descansada, relajádamente observando la preciosa zona vecinal que rodea su casita.
Cuando me dió por mirar en un punto del chalet de uno de los vecinos, en la parte de arriba y pude observar perfectamente cuatro siluetas que yo sabía que eran cadáveres...